Fue
en agosto cuando Augustus venció a
Cleopatra y Marco
Antonio y entró triunfador en Roma,
de ahí agosto. Fue en agosto cuando Burkina Faso de independizó de
Francia, y nació Louis Armstong, en agosto, y en agosto, en concreto
el 13, es el Día Internacional del Zurdo…
lo que no sé es si los diestros tenemos día. Pero ser diestro no
tiene ningún misterio, pero eso es otro tema.
Agosto
es el mes qué el despertador se queda sin pilas, hablo del mío,
agosto huele a lentitud. Sabes que es
agosto no por el calendario, sabes que es agosto por tu biorritmos,
sabes que es agosto por las obras en las calles, por los cortes en el
metro. Sabes que es agosto porque los
semáforos casi nunca los encuentran en rojo, pasas, “tolrato” en
verde.
Sabes
que es agosto porque el mejor café con leche que te tomas cada
mañana en tu bar no te lo puedes tomar, y no te enfadas no, sonríes,
es agosto.
Sabes
que es agosto porque sudas sal, mucha sal y, si estas en la playa,
con la ayuda del sol, se forman cristalinos que dibujan tattoos en
tu piel.
Sabes
que es agosto porque desparece gente que no sale en prensa,
desaparecen de las calles pero sabes que no te tienes que preocupar,
porque volverán en setiembre, ahora es
agosto, en las calles se juega al escondite, en agosto no te dejas
ver, porque sabes que es agosto y
si no te has ido lo hacer ver.
Sabes
que es agosto porque en la playa, en la arena, la gente juega al tres
en raya sin sentido, al tres en raya de somos seis y venimos juntos.
Sabes que es agosto cuando la programación de la televisión tampoco
la entiendes, es como un déjà vu dónde se empeñan en volverte al
agosto de tu infancia, que aún sudabas más, cuando había que
esperar la hora y media después de comer para volver al agua, cosas
de la digestión. Y ahí están la series y las películas de otros
tiempos, de otros agostos lejanos, pero
sonríes, porque aunque lejanas, son de agosto.
Pero
lo que más, lo mejor, lo más de lo más es que yo sé que es agosto
porque mañana no madrugaré, porque mañana no hay reunión ni media
para desayunar. Mañana no sé a que hora desayunaré, ni el tiempo
que voy a dedicar a ese café con leche que no es tan bueno cómo ese
de unos párrafos más arriba, pero no saber eso me da pessigolles de
viernes en jueves.
A
ver como se desarrolla este agosto sin horas, sin números, sólo
con la lentitud agradecida de saber que estoy en agosto.
Mañana
es mi santo, otro motivo para saber que es agosto.