Mi cuerpo y yo
llevamos una relación estrecha de muchos años, muchos. Quizás los
últimos veinte hayan sido lo más movidos.
Mi relación es de
aquellas de ni contigo ni sin ti. Y creo que no es justo. Porque es
mi cuerpo. Y mal voy si no acepto mi cuerpo. Pero es que es muy
estresante tener un cuerpo 10, y mi cuerpo lleva estrés crónico por
ser como es. Y os hoy a decir a más, mi cuerpo está cansado y a
levantado la mano, con una mini banderita blanca y todo.
Y claro, me ha dao
pena, mucha pena. Creo que mi cuerpo no se ha de rendir, soy yo,
quién a grito pelado tengo, y voy a decir : pues oigan, que mi
cuerpo está muy bien, es el mio y como el mio no hay ninguno más.
No es justo que no
vaya al gimnasio y, en lugar de eso, haga un abdominal cuando me
hacen una foto. No es justo, es un tontería muy tonta.
Mi cuerpo es muy
gracioso, le falta fibra, sí, pero en su lugar tiene un movimiento
tenue pero firme, como un bloque de gelatina, sí, gelatina pero de
fresa. Dejar que os hable de mis vinagreras.
Ellas forman parte de mis
brazos, justo del antebrazo y están ahí, ligeramente suspendidas y
manifiestan su movimiento cuando pongo el aceite y el vinagre en la
ensalada. De ahí su nombre.
Pues llevo días
pensado que ya está bien, que le de una tregua a mi cuerpo, que
descansen mis pensamientos tales como: “ui cuando me vea desnuda…
es que pierdo tantooooo”, “uf yo soy de otoño-invierno, la ropa
me recoge más”, “ay si me hace la cucharita, me recogerá el
michelín caído en la izquierda” … Pues prenda, llevas con tu
cuerpo una batalla innecesaria. La prenda soy yo, y eso me lo repito
mucho últimamente.
Esto es una oda a mi
body, una oda cada pliegue, a cada cicatriz, a cada desnivel graso, a
la piel de naranja, a la piel escondida, una oda a cuerpo que ha
sudado, una oda a mis articulaciones que lo han dado todo, y siguen
haciendo lo que pueden, una oda mis pies, que se alegran cuando los
visto de verano con pinta uñas, una oda a los pelos escondidos,
aquellos que cuando los encuentro me pregunto qué hacen ahí, pues
una oda para ellos también.
Una oda a un cuerpo
expresivo, a mi cuerpo, que ya está bien, que lleva demasiado tiempo
bajo la presión de: “es que yo no tengo buen tipo”. Mi tipo, es
mio, y cómo el mio no hay ninguno.
Así que mi body y
yo vamos a tomar una cervecita al sol, que hoy es viernes, y los
viernes, los cuerpos lucen mejor.