viernes, 28 de abril de 2017

A mi body


Mi cuerpo y yo llevamos una relación estrecha de muchos años, muchos. Quizás los últimos veinte hayan sido lo más movidos. 
Mi relación es de aquellas de ni contigo ni sin ti. Y creo que no es justo. Porque es mi cuerpo. Y mal voy si no acepto mi cuerpo. Pero es que es muy estresante tener un cuerpo 10, y mi cuerpo lleva estrés crónico por ser como es. Y os hoy a decir a más, mi cuerpo está cansado y a levantado la mano, con una mini banderita blanca y todo.
Y claro, me ha dao pena, mucha pena. Creo que mi cuerpo no se ha de rendir, soy yo, quién a grito pelado tengo, y voy a decir : pues oigan, que mi cuerpo está muy bien, es el mio y como el mio no hay ninguno más. 

No es justo que no vaya al gimnasio y, en lugar de eso, haga un abdominal cuando me hacen una foto. No es justo, es un tontería muy tonta.
Mi cuerpo es muy gracioso, le falta fibra, sí, pero en su lugar tiene un movimiento tenue pero firme, como un bloque de gelatina, sí, gelatina pero de fresa. Dejar que os hable de mis vinagreras. 
Ellas forman parte de mis brazos, justo del antebrazo y están ahí, ligeramente suspendidas y manifiestan su movimiento cuando pongo el aceite y el vinagre en la ensalada. De ahí su nombre. 

Pues llevo días pensado que ya está bien, que le de una tregua a mi cuerpo, que descansen mis pensamientos tales como: “ui cuando me vea desnuda… es que pierdo tantooooo”, “uf yo soy de otoño-invierno, la ropa me recoge más”, “ay si me hace la cucharita, me recogerá el michelín caído en la izquierda” … Pues prenda, llevas con tu cuerpo una batalla innecesaria. La prenda soy yo, y eso me lo repito mucho últimamente.
Esto es una oda a mi body, una oda cada pliegue, a cada cicatriz, a cada desnivel graso, a la piel de naranja, a la  piel escondida, una oda a cuerpo que ha sudado, una oda a mis articulaciones que lo han dado todo, y siguen haciendo lo que pueden, una oda mis pies, que se alegran cuando los visto de verano con pinta uñas, una oda a los pelos escondidos, aquellos que cuando los encuentro me pregunto qué hacen ahí, pues una oda para ellos también.
Una oda a un cuerpo expresivo, a mi cuerpo, que ya está bien, que lleva demasiado tiempo bajo la presión de: “es que yo no tengo buen tipo”. Mi tipo, es mio, y cómo el mio no hay ninguno.
Así que mi body y yo vamos a tomar una cervecita al sol, que hoy es viernes, y los viernes, los cuerpos lucen mejor.

viernes, 21 de abril de 2017

mirades


Les mirades, quanta informació que hi ha en una mirada. En una mirada. No parlo d'estrabisme o estigmatisme. No parlo de blaus o negres. No parlo de conjuntivitis, no parlo de pestanyes. No parlo. Miro. Hi han mirades que passen desapercebudes per tímides. Les tímides, que cauen amb el pes d’unes pestanyes amb plom. Mirades que et fan sentir pessigolles a la panxa.
 Aquestes mirades són intenses, i tenen ajuda de les celles què, amb uns fils invisibles, fan que la mirada quedi sostinguda en una onomatopeia llarga: mmmmmmmm. 
 No confondre aquesta amb la mirada del desig. La del desig els fils fan baixar un pèl les celles, només un pèl, i subtilment, amaguen un la punta del llavi superior, de la boca. 

No hi cap mirada que no digui res, cap. A tu, potser hi ha alguna mirada que no et diu res, a tu, perquè és possible que amb tu, aquella mirada no vulgui parlar.
Jo sóc molt fan de les mirades «araetdonariaunpetóperòhihamoltagentquemira». Quina gran frase tenen aquestes mirades. Aquesta, és una mirada que acostuma anar directe a la panxa o, en algun cas, a la columna vertebral, com un calfred, ràpid, intens i fred. Normalment, la resposta aquesta mirada, és una mirada de: «doncsnosapslaganesquetincdemenjar-telaboca». Així, tal qual. Quina conversa més guapa! Quines mirades. Les mirades. Jo miro molt. Em comunico mirant molt i, clar, això fa que també no pugui amagar com estic, perquè la meva mirada es molt boques, molt.

Així que si un dia em vieu amb unes ulleres de sol a l’ombra, és que no vull mirar, perquè de vegades, mirant, tot se sap.
Gaudiu mirant, que avui és divendres!!!

martes, 4 de abril de 2017

Comer, patatas fritas con los dedos


Normalmente compartes en las redes los momentos cuando estás regalá, contenta, de fiesta, en una puesta de sol, en un salida…. 

No es muy normal compartir cuando estás triste, a veces cuando estás enfadada sí que se hace, triste menos.

Pues hoy estoy triste, muy triste. La primavera no me sienta bien hasta que ya no es primavera y tampoco verano, que otro día ya hablaremos de las estaciones, que falta una, como falta también una talla entre muchas, como por ejemplo una, entre la 38 y la 40. Porque no existe la 39 eh? 

Bueno…. Ese tema lo dejo para otro día. Como estoy triste, muy triste,porque me han pasado cosas que me han colocado aquí, en la tristeza, sólo tengo ganas de pensar en cosas bonitas, en las cosas que me gustan y me hacen sonreír.
Es curioso verdad?, estar triste y pensar en esas cosas. Yo creo que son las ganas de darle poco espacio a la tristeza, darle espacio hay dárselo, sí, pero que no se quede de okupa demasiado tiempo.
Así que voy a enumerar algunas de las cosas que encantan y me hacen sonreír. Y voy a empezar por los viernes por la noche, cuando me acuesto y pienso que mañana es sábado y no tengo que madrugar. Eso me gusta y me da gustirrinín.
Comer las patatas fritas con los dedos, nunca con tenedor.

Pensar en la escalera de sa Cueta, Cadaqués. Esa escalera que se pone ardiendo y cuando pones el culo en ella te entra un escalofrío de piel de gallina pero por caliente. Sonrío.
Pensar en el día de mi cumpleaños, me gusta.
Sacar unos pantalones del armario que ni recordabas que tenías, ponértelos pensado que te van, no te van, claro que no, pero te ríes.
Pensar cuando vas a tu restaurante preferido el plato que vas a pedir. Ya salivas. Y no voy a decir que cuando llegas te dicen que ya no queda, eso no lo voy a decir porque no entra en esta lista.
Estar vestida en la playa pero tener desnudos los pies.
Cuando me lavan la cabeza en la pelu.
El vermut, del día que sea, laborable o festivo, pero con berberechos y olivas, que no falten olivas.
Que te llegue un paquete con algo que esperas con ganas, con muchas ganas.
El socarrat de las paellas.
Leer sin mirar el reloj y que el libro te guste mucho, mucho.
Recordar tus recuerdos.
El bizcocho de mi padre.
Las risas de mis amigas
Los audios de risas de mi sister.
… Me siento un poco menos triste.